domingo, 29 de agosto de 2010

¿A qué hora te vas a dormir?











Es en realidad la dura batalla que tenemos que luchar desde que nacen nuestros hijo, al principio esta batalla tiene una tregua porque aún no tienen un horario establecido ya que no se les puede enseñar, pero con el paso de los meses esto es posible.

En mi caso, opte por darle un baño todas las noches, asegurándome que no hubiera corrientes de aire en el cuarto ( ventanas abiertas o la puerta abierta), que la temperatura del agua sea la adecuada ( tibia - más caliente que fría) y luego de haberla bañado cambiarla rapidísimo y darle su leche. Dormía exactamente a las ocho de la noche y no se despertaba hasta las 2:30 a.m, hora en la que quería mamar y después de hacerlo se quedaba dormida hasta el día siguiente.

Ahora, que tiene dos años esto ha cambiado un poco, ahora suele dormir a las 10 de la noche, pero se que podría cambiar si la siesta la hiciera más temprano

Publirreportaje en Revista "Somos"

En cuanto a las siestas, cuando más pequeños duermen más seguido, a medida que van creciendo esto cambia. En mi caso, Luciana dormía en las tardes un promedio de dos horas como máximo ( su siesta era a las 2:00) y dormía en la noche con normalidad, la siesta no alteraba nada.




sábado, 28 de agosto de 2010

Creciendo a pasos de gigante.

Cantar, contar, bailar, reir, pedir, soñar, pintar, correr, caminar, caer, levantar; son acciones que todos realizamos, pero que toman otro sentido cuando los realiza el amor de mi vida. A sus cortos dos años y 4 meses realiza todo esto y mucho más.

Puedo caer en el error de decir que esto no lo hace todo niño, quizá es cierto, cada niño avanza a "su paso" y Luciana va a pasos de gigante.

Sabe cantar en inglés, claro, en " su inglés"; sabe contar los números del 1 al 12; bromea con nosotros; pide de todo, desde una galleta hasta una lap top...

Para mí, como todos los padres piensan de sus hijos, Luciana es única; es la persona que ha hecho que mi mundo cambie completamente y la ha llenado de alegría. Espero poder estar siempre a su lado y estar en el preciso instante en que más me necesite.